¿Alguna vez has alineado tu toma a la perfección, solo para sentirte aburrido por ella? Solía obsesionarme con la simetría perfecta: equilibrar sujetos, usar cuadrículas, asegurarme de que todo estuviera "correcto". Pero en algún momento, mis fotos comenzaron a sentirse sin alma.

Si alguna vez has sentido lo mismo, definitivamente no estás solo. Permíteme compartir cómo aprendí a romper las reglas y por qué eso hizo que mis fotos fueran realmente más poderosas.

La simetría no lo es todo

Todos hemos escuchado sobre la "regla de los tercios" o cómo la simetría puede hacer que una foto se vea limpia y pulida. Y sí, funciona. Piensa en esas clásicas fotos de reflejos o en fotos de arquitectura donde todas las líneas se alinean. Pero después de un tiempo, todas mis tomas empezaron a lucir iguales. Bonitas, sí, pero predecibles. No había tensión, ni sorpresa. No reflejaban la vida real.

Entra: la belleza del caos

Un día, estaba fotografiando en un mercado callejero local. Estaba abarrotado, desordenado, y nada se alineaba. Tomé algunas fotos al azar, descentradas, inclinadas, con movimientos borrosos en el fondo. Cuando las revisé más tarde, esas imágenes tenían algo que las otras no tenían: energía. La imperfección se sentía real. Daba la sensación de poder escuchar el ruido y oler la comida. Ese fue el momento en que me di cuenta: a veces, el caos cuenta una historia mejor que el control.

No se trata de una "mala" composición

Romper las reglas no significa ser descuidado. Sigue siendo sobre la intención. Simplemente aprendes cuándo apostar por el desequilibrio. Coloca a tu sujeto en una esquina. Permite que se corten cabezas. Captura a personas a punto de parpadear o saliendo del encuadre. Estos momentos añaden movimiento y emoción, y honestamente, generan más conversación que una foto "perfecta" jamás podría hacerlo.

Practica buscando la imperfección

La próxima vez que salgas a fotografiar, un reto: toma 10 fotos que te parezcan desordenadas, extrañas o incluso "incorrectas". Te sorprenderá cuántas resultan ser tus favoritas. Es liberador. Y te recuerda que el arte no tiene que seguir una fórmula para ser hermoso.

¿Qué prefieres?

¿Te inclinas más hacia composiciones nítidas y limpias, o amas el tipo de toma crudo e impredecible? Hablemos en los comentarios. Siempre me intriga escuchar cómo otras personas ven el mundo a través de su lente. Y hey, la próxima vez que te sientas atascado, intenta cambiar las reglas. Rompe unas cuantas. Quizás logres capturar algo inolvidable. 😉