Pollo Crujiente
David
David
| 26-09-2025
Equipo de Comida · Equipo de Comida
Pollo Crujiente
¿Alguna vez has anhelado un plato de pollo frito dorado y crujiente pero nunca lograste prepararlo bien en casa? Tal vez terminó húmedo o demasiado grasoso, o simplemente el empanizado no tenía ese crujido satisfactorio que esperabas.
¡Si has estado ahí, no te preocupes, no estás solo! El pollo frito al estilo occidental tradicional puede parecer un desafío, pero una vez que tengas dominado el proceso, es fácil de preparar en casa, y vale totalmente la pena.
En este artículo, nos sumergiremos en el proceso paso a paso para hacer un pollo frito perfectamente crujiente, jugoso por dentro y dorado por fuera. Vamos a ir despacio y asegurarnos de que tengas todo lo que necesitas para tener éxito.

1. La Elección Correcta del Corte de Pollo

Cuando se trata de pollo frito, el primer paso es elegir el corte adecuado de pollo. Las piezas con hueso como muslos, contramuslos y alas son las mejores para el pollo frito tradicional. Permanecen húmedas y jugosas durante el proceso de fritura, lo que ayuda a crear ese contraste perfecto entre la piel crujiente y la carne tierna. Si te sientes aventurero, también puedes freír filetes de pollo, pero ten en cuenta que pueden secarse más rápido que la carne oscura. Sin importar el corte que elijas, asegúrate de que esté fresco y, idealmente, a temperatura ambiente antes de cocinarlo. Esto garantiza una cocción uniforme y un resultado más jugoso.
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2. Marinado para Dar Sabor

Un elemento clave para un delicioso pollo frito es marinar las piezas de pollo. Esto no solo ayuda a ablandar la carne, sino que también la impregna de sabor. La forma más simple de marinar tu pollo es usar suero de leche. La acidez del suero de leche descompone las proteínas del pollo, haciéndolo súper tierno, y además añade un sutil sabor agridulce. Aquí tienes una marinada sencilla:
1. Mezcla 2 tazas de suero de leche con 1 cucharada de sal, 1 cucharadita de pimienta y cualquier otra especia que desees, como ajo en polvo, pimentón, pimienta de cayena o tomillo.
2. Sumerge las piezas de pollo en la mezcla de suero de leche y déjalas marinar durante al menos 1-2 horas, o toda la noche si tienes tiempo.

3. Preparar el Rebozado

¿El secreto de esa capa crujiente? El rebozado. Una mezcla de harina sazonada le da al pollo frito su icónico crujido. Quieres que la harina esté bien sazonada y se pegue al pollo, así que asegúrate de mezclarla bien. Aquí tienes una receta sencilla de rebozado:
1. En un bol grande, mezcla 2 tazas de harina común, 1 cucharada de pimentón, 1 cucharadita de ajo en polvo, 1 cucharadita de cebolla en polvo y 1 cucharadita de sal.
2. Para un extra de crujiente, puedes agregar 1/2 cucharadita de polvo de hornear, que ayuda a crear burbujas en el rebozado durante la fritura.
3. Para un toque de picante, añade una pizca de pimienta de cayena o chile en polvo.
Una vez que el pollo ha marinado, saca cada pieza y rebózala en la harina sazonada, asegurándote de que esté bien cubierta por todos los lados. Presiona ligeramente para asegurarte de que el rebozado se adhiera, y deja reposar el pollo rebozado unos minutos antes de freírlo. Esto ayuda a que la costra se adhiera mejor durante la cocción.

4. El Aceite Correcto para Freír

Ahora que tu pollo está listo, es hora de hablar sobre el aceite. El aceite de cacahuete es la elección tradicional para freír debido a su alto punto de humeo y su sabor neutro. Sin embargo, el aceite vegetal o de girasol también funcionan bien. Llena una sartén honda o una olla holandesa grande con aproximadamente 2-3 pulgadas de aceite. Calienta el aceite a 350°F (175°C) a fuego medio-alto. Para comprobar si está suficientemente caliente, echa un trozo pequeño de pan en el aceite; si se dora en unos 60 segundos, ¡estás listo para empezar!

5. Freír el Pollo

Freír el pollo correctamente es clave para lograr esa capa crujiente perfecta. Una vez que el aceite esté caliente, baja cuidadosamente las piezas de pollo en el aceite. No amontones la sartén, esto puede bajar la temperatura del aceite y provocar un pollo grasoso. Fríe el pollo en tandas, asegurándote de que cada pieza tenga suficiente espacio para cocinarse uniformemente.
Aquí tienes qué hacer:
1. Fríe cada pieza durante 10-15 minutos, dependiendo del tamaño, hasta que estén doradas y crujientes. Usa unas pinzas para girar el pollo a la mitad del tiempo para asegurarte de que se cocine parejo.
2. Verifica la temperatura interna del pollo con un termómetro para carne: debe alcanzar los 165°F (74°C) para asegurarte de que esté completamente cocido.
Una vez que el pollo esté listo, sácalo del aceite y déjalo escurrir en un plato forrado con papel de cocina para absorber el exceso de aceite.
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6. ¡Sirve y Disfruta!

Después de todo ese esfuerzo, ¡es hora de comer! Sirve tu pollo frito crujiente con acompañamientos clásicos como puré de papas, ensalada de col o pan de maíz para una verdadera experiencia de comida reconfortante. El rebozado crujiente y la carne jugosa serán lo más destacado de tu comida, y créeme, desaparecerá rápidamente. Si quieres llevar las cosas al siguiente nivel, prueba agregar un chorrito de miel o una pizca de salsa picante para un toque extra. La combinación de sabores hará que cada bocado sea aún más irresistible.

7. Un Toque Personal: La Alegría del Pollo Frito Casero

Hay algo realmente especial en hacer pollo frito desde cero. El proceso puede llevar un poco de tiempo, pero las recompensas valen la pena: pollo crujiente y sabroso que es tierno y jugoso por dentro. Es un plato que une a las personas y puede convertir una comida ordinaria en algo memorable.
La próxima vez que tengas antojo de una comida reconfortante o necesites impresionar a los invitados, prueba a hacer pollo frito tradicional en casa. Es uno de esos platos que nunca pasan de moda y, cuando se hace bien, seguramente se convertirá en el favorito de la familia.