Pizza Casera

· Equipo de Comida
¡Hola, Lyykers! Vamos a hablar de algo que trae alegría instantánea: la pizza casera. En serio, una vez que aprendes a hacer una buena desde cero, ya no querrás volver a las pizzas congeladas ni a las de entrega.
Con el tiempo, he probado (y devorado) innumerables variaciones, y ahora tengo un método infalible que funciona cada vez.
La Masa Que Nunca Falla
Seamos honestos: la masa es clave en la pizza. Solía pensar que era intimidante, pero en realidad es súper simple. Aquí está mi versión sin complicaciones:
Ingredientes:
- 2 1/4 cucharaditas (1 sobre) de levadura seca activa
- 1 cucharadita de azúcar
- 3/4 taza de agua tibia
- 2 tazas de harina común
- 1 cucharadita de sal
- 1 cucharada de aceite de oliva
Pasos:
1. Disolver la levadura y el azúcar en agua tibia. Dejar reposar de 5 a 10 minutos hasta que esté espumoso.
2. Mezclar la harina y la sal en un bol, luego agregar la mezcla de levadura y aceite de oliva.
3. Amasar durante 8 a 10 minutos hasta que quede suave. Dejar reposar durante aproximadamente una hora.
4. Extender en una forma circular o rectangular, ¡la que tu alma de pizza desee!
Consejo: ¿Quieres bordes crujientes? Precocina la masa durante 5 minutos antes de agregar los ingredientes!
Salsa con un Toque Especial
Claro, puedes usar salsa comprada, pero la casera vale la pena. Mantengo las cosas sencillas con esta mezcla rápida: - 1/2 taza de pasta de tomate
- 1/4 taza de agua
- 1 cucharadita de orégano seco
- 1/2 cucharadita de ajo en polvo
- Sal y pimienta al gusto
- Un chorrito de aceite de oliva
¡Mezcla y esparce! No necesita cocción. ¡Es agrio, herbáceo y lleno de sabor!
Ingredientes: Deja Volar tu Imaginación (O Quédate con lo Clásico)
Aquí es donde puedes dejar volar tu creatividad. ¡Mi combinación favorita personal? Mozzarella, champiñones, cebollas rojas, pepperoni y una pizca de hojuelas de chile. Pero puedes ser minimalista con solo queso y albahaca (¡Hola, Margarita!) o ser gourmet con prosciutto, rúcula o incluso higos y queso de cabra. Y no te olvides del queso: mozzarella fresca si puedes conseguirla, pero también funciona el queso rallado. Una pizca de parmesano antes de hornear le da un toque salado.
Cocinándola de Forma Correcta
Precalienta tu horno muy caliente, estamos hablando de 475°F (245°C) o incluso más. Una piedra o placa para pizza es increíble si tienes una, pero una bandeja de horno normal también funciona. Hornear durante 10 a 12 minutos hasta que la masa esté dorada y el queso burbujeante.
Toques Finales = Magia de la Pizza
Una vez fuera del horno, me gusta añadir unas hojas de albahaca fresca, un chorrito de aceite de oliva o incluso un remolino de miel caliente (créeme). Deja que se enfríe un minuto antes de cortarla. Entonces, ¡boom! Una pizza digna de restaurante en casa. Ya sea una noche de pizza con amigos o un tranquilo antojo nocturno, esta receta nunca falla. Una vez que domines lo básico, las posibilidades son infinitas. Y créeme, nunca volverás a ver igual la entrega a domicilio.