Confundido/a acerca de los aceites de semillas? No estás solo/a. Internet está inundado de afirmaciones de que estos aceites son dañinos, con muchos señalándolos como culpables del aumento de la obesidad, la diabetes tipo 2 y más.

Recientemente, Robert F. Kennedy Jr. incluso los llamó "una de las causas principales de la epidemia de obesidad". ¿Pero hay algo de verdad en esto? ¿O es solo sensacionalismo de internet? Vamos a analizarlo y ver qué piensan realmente los expertos acerca de los aceites de semillas.

Entonces, ¿Qué Son Exactamente los Aceites de Semillas?

En términos simples, los aceites de semillas son aceites vegetales hechos al prensar las semillas de diversas plantas. Algunos comunes incluyen:

Aceite de canola, aceite de maíz, aceite de soja, aceite de girasol, aceite de cártamo, aceite de semilla de uva, aceite de salvado de arroz, aceite de semilla de algodón. Estos aceites suelen hacerse al triturar las semillas, aunque algunos métodos implican más procesamiento que otros. Por ejemplo, el aceite de semilla de uva suele ser un subproducto, mientras que el aceite de soja se extrae de las semillas. Solo para aclarar cualquier confusión, el aceite de oliva y el aceite de aguacate no se consideran aceites de semillas. Están hechos de la pulpa de la fruta, no de la semilla.

¿Por Qué la Gente Usa Aceites de Semillas?

Los aceites de semillas son populares por tres razones principales:

- Punto de Humo Alto: Esto significa que pueden soportar la cocción a altas temperaturas sin descomponerse y crear compuestos dañinos.

- Sabor Neutral: No dominan el sabor de tus alimentos, lo que los hace ideales para una variedad de platillos.

- Asequibilidad: Los aceites de semillas suelen ser más económicos que opciones como el aceite de oliva o la mantequilla, haciéndolos una opción más económica.

¿Qué Dicen los Expertos?

La mayoría de los expertos, incluidos los de la Asociación Americana del Corazón (AHA), dicen que los aceites de semillas, en moderación, pueden ser beneficiosos para tu salud. ¿Por qué? Porque son una fuente de poliinsaturados, que ayudan a reducir el colesterol malo LDL y disminuir el riesgo de enfermedades cardíacas. Por ejemplo, los aceites de canola y soja contienen tanto ácidos grasos omega-3 como omega-6, que son esenciales y desempeñan roles importantes en la reducción de la inflamación y el apoyo a la salud cerebral. También son una buena fuente de vitamina E, un potente antioxidante que protege a las células del daño.

¿Existen Riesgos?

Al igual que todos los aceites, los aceites de semillas no son perfectos. Cocinar con ellos a una temperatura demasiado alta puede descomponerlos y liberar compuestos dañinos, como acroleína y aldehídos. Pero esto sucede con la mayoría de los aceites, no solo con los aceites de semillas. Si tienes cuidado al cocinar a la temperatura adecuada, puedes evitar este problema.

Conclusión: ¿Deberías Evitar los Aceites de Semillas?

La respuesta corta: No es necesario eliminarlos de tu dieta. La investigación no muestra que los aceites de semillas sean inherentemente malos para ti. De hecho, pueden ser una opción más saludable en comparación con grasas saturadas como la mantequilla o la manteca. Pero si prefieres otro aceite o quieres evitarlos, también está perfectamente bien. Al final del día, el foco debe estar en tener una dieta equilibrada, que incluya muchas verduras frescas, proteínas magras y alimentos enteros. Una cucharada o dos de aceite de semillas de vez en cuando no afectarán tu salud.